miércoles, 23 de julio de 2014

LE PIDO A DIOS QUE DECIDA

“Te ruego que elimines de mí cada uno de los defectos de carácter que me obstaculizan en el camino para que logre ser útil a Ti y a mis semejantes”.
— ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS, p. 76
Después de haber admitido mi impotencia y tomado la decisión de poner mi vida y mi voluntad al cuidado de Dios, como yo lo concibo, no soy yo quien tiene que decidir cuáles defectos deben ser eliminados, ni el orden en que deben serlo, ni el plazo de tiempo en el que tienen que ser eliminados. Le pido a Dios que decida cuáles defectos me impiden ser útil a Él y a otros, y luego le pido humildemente que me los elimine.