miércoles, 10 de septiembre de 2014

"PEDIMOS SU PROTECCIÓN"

Entregándonos totalmente, le pedimos a Dios su protección y cuidado.
— ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS, p. 59
Yo no podía manejar mi vida solo. Había tratado de hacerlo y fracasé. Mi “pecado máximo” me arrastró al nivel más bajo que haya podido llegar e, incapaz de funcionar, acepté el hecho de que desesperadamente necesitaba ayuda. Dejé de luchar y me entregué totalmente a Dios.
Solamente entonces empecé a desarrollarme. Dios me perdonó. Un Poder Superior tenía que haberme salvado, porque los doctores dudaban que yo pudiera sobrevivir. Ahora me he perdonado a mí mismo y disfruto de una libertad que nunca había experimentado antes. He abierto mi corazón y mi mente a Él. Cuanto más aprendo, menos sé —una realidad para la humildad— pero sinceramente quiero seguir desarrollándome. Disfruto de serenidad, pero solamente cuando confío mi vida totalmente a Dios. Mientras que yo sea honesto conmigo y pida Su ayuda, puedo seguir manteniendo esta existencia gratificadora.
Sólo por hoy, me esfuerzo por vivir sobrio y de acuerdo a Su voluntad.
Doy gracias a Dios que hoy puedo optar por no beber. ¡Hoy la vida es bella!
GRUPO PARTE VIEJA DONOSTIA - SAN SEBASTIAN