viernes, 19 de septiembre de 2014

P.S. COMO GUIA

Ocúpate, pues, de que tu relación con Él ande bien y grandes acontecimientos te sucederán a ti y a infinidad de otros. Esta es para nosotros la Gran Realidad.
— ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS, p. 164
Tener una relación buena con Dios me parecía ser imposible. Mi pasado caótico me había dejado lleno de culpabilidad y remordimiento y yo me preguntaba cómo podría funcionar este “asunto de Dios”. A.A. me dijo que yo debía poner mi vida y mi voluntad al cuidado de Dios, como yo lo concibiera. Sin tener otro lugar donde acudir, me puse de rodillas y exclamé, “¡Dios, yo no puedo hacerlo, por favor ayúdame!” Cuando admití mi impotencia, un rayito de luz empezó a llegar a mi alma, y luego emergió mi disposición a dejar que Dios controlase mi vida. Con Él como guía, grandes acontecimientos empezaron a suceder y encontré el comienzo de la sobriedad.
GRUPO PARTE VIEJA DONOSTIA - SAN SEBASTIAN