miércoles, 30 de julio de 2014

CAPITULO 27. ABANDONAR LAS IDEAS ANTIGUAS

27. ABANDONAR LAS IDEAS ANTIGUAS


Las ideas que han estado tan profundamente arraigadas en nuestras vidas de bebedores no podrán desaparecer rápidamente, como por un toque de magia, desde el momento en que empezamos a mantener el corcho tapando la botella. Pueden haberse ido nuestros días de vino y rosas, pero la enfermedad continúa dentro de nosotros. 

Por eso hemos visto el valor terapéutico de arrancar de nuestras mentes esas antiguas ideas que pueden volver a presentarse nuevamente, como se ha comprobado en la realidad. 

Lo que estamos tratando de adquirir es una sensación de bienestar, alivio y liberación de nuestro antiguo modo de pensar. Muchos de nuestros hábitos iniciales de pensamiento, y las ideas que producian, alivio y liberación de nuestro antiguo modo de pensar. 
Muchos de nuestros hábitos iniciales de pensamiento, y las ideas que producían, limitan nuestra libertad. Son simplemente un lastre, y así las veremos cuando las examinemos con cuidado. No tenemos porqué aferrarnos a ellas, a menos que demuestren ser válidas y todavía provechosas. 

Podemos ahora medir la utilidad y verdad actuales de un pensamiento, tomando una medida específica de comparación. Podemos decirnos, "Bien, ¿lo que yo pensaba cuando bebía, me ayuda ahora a permanecer sobrio? ¿Es conveniente para mí hoy en día esa idea?". 

Muchas de nuestras ideas antiguas, especialmente las relacionadas con el alcohol, la bebida, la forma de emborracharnos, el alcoholismo (o forma problemática de beber, si usted lo prefiere), demuestran que no son válidas o que pueden ser autodestructivas para nosotros, y es por consiguiente un gran alivio desembarazarnos de ellas. Tal vez unos pocos ejemplos sean suficientes para ilustrar nuestra disposición de ánimo para desechar esas ideas obsoletas o inútiles.  

Muchos de nosotros, cuando estábamos en la juventud, creíamos que el beber era una forma de demostrar que ya no éramos niños, o que ya éramos hombres sofisticados y recorridos, o lo suficientemente rudos como para desafiar a los padres y demás autoridades. En muchas mentes, la bebida está estrechamente ligada con el romance, el sexo, la 
mentes, la bebida está estrechamente ligada con el romance, el sexo, la  música, o con el éxito financiero, la distinción social, y el lujo de alto rumbo. Cuando en la escuela alguien trataba de enseñar algo acerca del alcoholismo, generalmente se refería a los problemas de la salud y la posibilidad de perder la licencia de conductor, nada más. Y muchas personas todavía están convencidas de que la bebida en la más mínima cantidad es algo inmoral, conduce directamente al crimen, el sufrimiento, la desgracia y la muerte. Cualesquiera que hayan sido nuestros sentimientos respecto a la bebida, positivos o negativos, generalmente eran sumamente fuertes y mucho más emocionales que racionales.  

O tal vez nuestras actitudes hacia la bebida hayan sido meramente automáticas, como aceptación inconsciente de las opiniones de otras personas. Pero muchos, el beber es una parte esencial de las ocasiones sociales, un pasatiempo inocuo y agradable que se hace en ciertos lugares entre amigos y en ocasiones específicas. Otros tienen a la bebida como un acompañamiento necesario para la comida. Pero ahora nos preguntamos a nosotros mismos: ¿Es realmente imposible gozar la amistad o la comida sin beber? ¿Tuvo nuestra forma de beber alguna consecuencia en el mejoramiento de nuestras relaciones sociales? ¿O incrementó nuestro gusto por la buena comida?  

La idea de emborracharnos produce reacciones aún más extremas, en pro y en contra. La borrachera puede ser vista como una diversión, o como una desgracia. La sola idea es repugnante para muchas personas, a diferentes niveles. Para algunos de nosotros, era un estado deseable, no sólo porque era lo que creíamos que otros esperaran de nosotros, sino porque nos gustaba la sensación y también porque era una condición la cual muchas celebridades no tomaron muy en serio. Algunas personas son intolerantes con aquellos que nunca se han emborrachado; otros rehuyen a quienes se emborrachan demasiado. Y los descubrimientos modernos de la ciencia respecto a la salud han tenido muy poca influencia hasta ahora para que cambien dichas actitudes. 

Cuando escuchamos por primera vez la palabra "alcohólico", la mayoría de nosotros la asoció exclusivamente con los hombres ancianos, temblorosos y desarrapados que veíamos pidiendo limosna o durmiendo en las aceras de los barrios más miserables. La gente bien informada se da ahora cuenta de que tal idea es absolutamente falsa. 
  
Sin embargo, durante nuestros primeros intentos de abstención,subsisten en muchos de nosotros residuos de esas nociones obsoletas y equivocadas. Nublan nuestra visión y nos dificultan ver la verdad. Pero finalmente aceptamos la idea de que, posiblemente, algunas de esas nociones pueden ser erróneas, o que por lo menos no reflejan adecuadamente la propia experiencia personal.  

Cuando pudimos persuadirnos a nosotros mismos a mirar objetivamente esa experiencia y a escuchar ideas diferentes de las propias, pudimos adquirir una gran cantidad de información que antes no habíamos examinado cuidadosamente.   


Por ejemplo, estuvimos dispuestos a examinar la descripción científica de que el alcohol es una droga que altera la conciencia, y no simplemente un pasatiempo para calmar la sed. Esa droga se encuentra no sólo en bebidas, sino también en comidas y medicinas. Y en la actualidad, casi todos los días, leemos o escuchamos acerca de algún descubrimiento de que esta droga ocasiona un daño físico del cual no habíamos sospechado anteriormente, al corazón, a la sangre, el  estómago, al hígado, a la boca, al cerebro, etc.  

Los farmacólogos y otros expertos en adiciones afirman ahora que el alcohol no debe considerarse como algo totalmente inocuo y sano, aunque sea utilizado como bebida estimulante, sedante, tónico o tranquilizante. Pero por sí mismo, no conduce necesariamente a un daño físico o a una degradación mental en todos los casos individuales.   
Aparentemente, la mayoría de las personas que lo utilizan, pueden hacerlo sin que sufran perjuicios en sí mismos o para otros. 
hacerlo sin que sufran perjuicios en sí mismos o para otros.

El beber, según creemos, puede verse médicamente como la ingestión de una droga; la borrachera, como una sobredosis. El abuso de esta droga puede conducir, directa o indirectamente, a problemas de toda clase, físicos, psicológicos, domésticos, sociales, financieros, vocacionales. En vez de pensar lo que la bebida hizo en nosotros, empezamos a ver lo que le hace a ciertas personas.   


Hemos observado que cualquier persona que tenga alguna clase de problema relacionado con la bebida puede estar sujeta a la condición que llamamos "alcoholismo". Esta enfermedad golpea sin consideraciones de edad, credo, sexo, inteligencia, raza, salud emocional, ocupación, situación familiar, constitución física, hábitos nutritivos, posición social o económica, o personalidad general. No se trata de la cantidad o la forma en que usted bebe o cómo o cuándo o por qué, sino en qué forma se ve afectada su vida pro el licor, o sea, qué le sucede a usted cuando bebe. 

Antes de que pudiéramos reconocer dentro de nosotros mismos la existencia de la enfermedad, tuvimos que rechazar el antiguo mito de que la admisión de que ya no nos era posible probar el alcohol era un síntoma de vergonzosa debilidad (y esto en el caso de que alguna vez hubiéramos podido controlarlo).  

¿Debilidad? Por el contrario, se necesita un valor considerable para soportar estoicamente la amarga verdad sin reservas, sin echarle la culpa a alguna, sin excusas, y sin engañarnos a nosotros mismos. (No es muy bien visto el que nos vanagloriemos, pero francamente, muchos de nosotros creemos que éramos campeones mundiales en el autoengaño).   

El proceso de recuperación del alcoholismo se ha visto también nublado por muchas nociones equivocadas. Al igual que millones de personas que han visto a alguien beber hasta la muerte, nos hemos preguntado por qué el bebedor no utiliza la fuerza de voluntad para dejar de beber.   

Esa es otra idea pasada de moda, pero continúa vigente dentro del medio porque muchos de nosotros hemos sido sometidos a la influencia de la fuerza de voluntad. Tal vez en nuestra familia o vecindario nunca faltó el tío a quien todos debíamos admirar. Habiendo sido un sinvergüenza durante muchos años, dejó repentinamente el vino, las mujeres, y la música a la edad de cincuenta años y se convirtió en un modelo de rectitud y virtud y nunca volvió a probar una gota de licor.   

Esa noción infantil de que nosotros podíamos hacer otro tanto cuando quisiéramos fue una ilusión peligrosa. Nosotros somos únicos, y a nadie más nos parecemos. (No podemos emular al abuelo, que bebió un litro de whisky diario durante su vida hasta la edad de noventa años).   

En la actualidad está bien establecido que la fuerza de voluntad por sí misma no tiene sobre el alcoholismo un poder curativo mayor que el que puede tener sobre el cáncer. Nuestra propia experiencia ha confirmado esta afirmación repetidamente. Muchos de nosotros tratamos de controlar o de suspender definitivamente la bebida, sin éxito perdurable en ninguno de los dos casos. Aun así, no fue fácil admitir que necesitábamos ayuda, puesto que eso también nos parecía un síntoma de debilidad. Sí, en realidad teníamos que sobreponernos a ese otro mito. 

Pero finalmente nos hicimos esta pregunta: ¿No será mucho más inteligente buscar y encontrar un poder superior al nuestro que persistir en nuestros inútiles esfuerzos personales, máxime cuando hemos visto una y otra vez que son inefectivos? Todavía no creemos que sea una muestra de inteligencia el tratar de ver en la oscuridad cuando se puede simplemente encender una lámpara y utilizar la luz que nos proporciona.    

Nosotros no adquirimos la sobriedad enteramente por nuestra propia cuenta. Esa no fue la forma en que aprendimos a permanecer abstemios. Y tampoco, el gozar plenamente de una vida de sobriedad es tarea para una sola persona.  

Cuando estuvimos dispuestos a mirar, aun temporalmente, ideas diferentes a las que teníamos, pudimos realmente empezar nuestro camino hacia una nueva vida feliz y saludable. En esa forma, que muchos de nosotros creíamos que nunca sucedería, empezamos la recuperación millares y millares de A.A. 


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CAPITULO 28. LEER EL MENSAJE DE A.A.

28. LEER EL MENSAJE DE A.A. 


Según se nos ha dicho, los seres humanos aprenden mejor las cosas viéndolas y tocándolas al mismo tiempo que las escucha, y cuando se lee acerca de ellas se refuerza mucho más intensamente el aprendizaje. 

Existen muy buenas publicaciones acerca del alcoholismo, y hay otras no tan buenas. Muchos de nosotros hemos logrado magnífico provecho de la lectura de campos distintos de la ciencia. Pero A.A. ni combate ni apoya las publicaciones ajenas.  
Simplemente ofrecemos las nuestras. 

Hay personas que nunca han sido muy aficionadas a la lectura y que gastan horas enteras leyendo las publicaciones de A.A. Es indudablemente la mejor forma para obtener una idea amplia y genuina de la experiencia de A.A., que complementa aquello que oímos y conocemos en una sola ocasión y en un solo lugar.  

Existen cuatro libros de A.A. y un libro de formato similar al presente.  


ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS 

Es el texto básico de la experiencia de A.A. 

A.A. tal como la conocemos hoy en día, es el desarrollo ulterior de este libro, que fue originalmente preparado por un centenar de alcohólicos que habían aprendido a permanecer sobrios por medio de la ayuda mutua. Después de algunos años sobrios por medio de la ayuda mutua. Después de algunos años de sobriedad, escribieron lo que habían hecho y dieron a ese resumen el título mencionado. Por eso nuestra comunidad empezó a ser conocida por el nombre de "Alcohólicos Anónimos".  

En este volumen la experiencia original de A.A. está descrita por aquellos que primero la practicaron, y luego la escribieron. Es la fuente primaria de todo el pensamiento básico de A.A. para todos nosotros, ya sea que lo leamos frecuente o escasamente.   

Muchos de los miembros consiguen su ejemplar tan pronto ingresan a A.A., para poder obtener las ideas fundamentales directamente de la fuente, sin tener que escucharlas de segunda o tercera mano.  

Los miembros frecuentemente se refieren a "Alcohólicos Anónimos" como el "Gran Libro" pero no para compararlo con ningún texto sagrado. Originalmente, se había programado como un volumen relativamente pequeño, pero la primera impresión (en 1939) se hizo en un papel muy grueso, y por consiguiente el volumen resultó sumamente abultado, pro lo cual recibió el apodo de "El Gran Libro".  

Los primeros once capítulos básicos fueron escritos por Bill W., co-fundador de A.A. Contiene también las historias personales de muchos miembros de A.A., escritas por ellos mismos, adicionadas con algunos apéndices especiales.   

La simple lectura del libro fue suficiente para que muchas personas adquieran la abstención en los primeros días de A.A., cuando solo existían unos pocos grupos de A.A. en el mundo.  

Todavía cumple esa labor para algunos bebedores problema que se encuentran en zonas aisladas del mundo, y para aquellos que viven en barcos de navegación transoceánica.   

Los lectores regulares del libro afirman que las lecturas repetidas revelan significados profundos que no pueden obtenerse suficientemente con una primera lectura precipitada. 


DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES 

Los fundamentos de A.A. se explican con mayor detalle en este libro, escrito también por Bill W. (Se conoce generalmente como "El Doce y Doce"). Los miembros que desean estudiar seriamente el programa de recuperación de A.A. lo utilizan como texto, conjuntamente con el Gran Libro.   

Escrito trece años después de "Alcohólicos Anónimos", este volumen menor explica los principios de la conducta de A.A., tanto para los individuos como para los grupos. Los Doce Pasos, que son guías para el mejoramiento individual, habían sido expuestos brevemente en el Gran Libro; los principios de grupo, o sean las Doce Tradiciones, se cristalizaron por medio de las experiencias y fracasos de la asociación, después de la publicación del primer libro. Esas tradiciones caracterizan al movimiento y lo hacen especial, y muy diferente a las otras sociedades.  


ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS LLEGA A SU MAYORÍA EDAD 

Esta historia resumida narra los comienzos de la comunidad, y su crecimiento durante los primeros veinte años. Cuenta en detalle cómo un pequeño grupo de borrachos, que una vez se creyeron sin esperanza, valerosamente, y con todas las circunstancias en su contra, lograron finalmente establecerse como movimiento mundial de efectividad reconocida. Esta historia es una lectura fascinante para muchos de nosotros y sirve como ayuda adicional para nuestra recuperación.   


COMO LO VE BILL 

Esta es una lectura compuesta por los párrafos más expresivos de Bill W., tomados de su voluminosa correspondencia personal y de otros escritos. Por medio de una lista alfabética de temas, con referencia a las paginas correspondientes, se puede localizar los tópicos de interés para cualquier bebedor problema. Para muchos de nosotros, una página diaria es un antídoto para la tentación de beber. 


LLEGAMOS A CREER . . . 

Subtitulado "La Aventura Espiritual de A.A., según las experiencias de sus miembros individuales", es esta una colección de las versiones de 75 miembros acerca de "Un Poder superior a nosotros mismos". Sus interpretaciones varían desde el punto de vista ortodoxo religioso hasta los humanistas y agnósticos.  


FOLLETOS

Existen varios folletos que tratan de diversos aspectos de A.A., algunos de ellos dirigidos a grupos de interés específico, y que también son publicados por A.A. World Services, Inc.  

Todos ellos han sido cuidadosamente preparados bajo una estrecha supervisión por medio de los representantes de A.A. de los Estados Unidos y Canadá, para que expresen el consenso más amplio posible del pensamiento de A.A. Es imposible entender los trabajos de A.A. a menos que se familiarice con todas estas publicaciones, incluyendo los folletos que, a primera vista, pueden parecer de escasa importancia para las demandas inmediatas de  la sobriedad. (En la última página está la lista de esas publicaciones).   

Adicionalmente, la Oficina de Servicios Generales de A.A. publica 
un boletín bimestral, el Box 4-5-9, y algunos otros boletines periódicos, así como un informe de la reunión anual de la Conferencia de Servicios Generales de A.A.  

Muchos miembros de A.A. empiezan y terminan cada día con una lectura calmada de algún pasaje de la literatura de A.A. Esta práctica ha sido descrita como una excelente autodisciplina para cualquier persona que desee recuperarse del alcoholismo, y según las palabras de un miembro, "La época en la cual se puede  
dejar de leer sobre A.A. es cuando se conozca todo lo que haya que saber".  

La lectura de los libros y folletos de A.A. representa para muchas personas "una reunión por escrito", y la amplitud de la información personas "una reunión por escrito", y la amplitud de la información e inspiración de A.A. que se encuentra en ellos no pueden encontrarse en ninguna otra parte. La lectura de cualquier trozo de la literatura de A.A. empieza una senda de pensamientos que conduce directamente a evitar la bebida. Por lo tanto muchos miembros de A.A. llevan siempre consigo algún folleto, no solo porque su lectura los puede salvaguardar de la idea de beber, sino también porque suministra entretenimiento mental en los momentos más imprevistos.  

La literatura de A.A. que no pueda obtenerse en un grupo, se puede ordenar directamente al Box 459, Grand Central Station, 
New York, NY 10163. 

EL A.A. GRAPEVINE *


Mensualmente, aparece en esta revista una colección fresca del pensamiento y el humor de A.A. Todos sus artículos, gráficas, y caricaturas son trabajo de miembros de A.A. Los escritores no tienen sueldo, y muchas de las ilustraciones también son voluntarias.   


Contiene artículos de meditación, historias ilustradas, noticias acerca de A.A. y de entidades ajenas, noticias acerca del alcoholismo, cartas de los miembros de A.A. de todo el mundo, artículos inspirativos (no poesía), y ocasionalmente artículos solicitados a algún experto en alcoholismo.  

Las suscripciones individuales pueden ordenarse directamente escribiendo al Box 1980, Grand Central Station, New York, N.Y. 10163. Generalmente pueden conseguirse copias en la última edición en las reuniones de los grupos de A.A.  


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CAPITULO 29. ASISTIR A LAS REUNIONES DE A.A.


 29. ASISTIR A LAS REUNIONES DE A.A. 


Muchos antes de que se pensara en este libro, cada una de las ideas que en él se han incluido y muchas sugerencias para vivir en sobriedad se aprendieron y resultaron tener éxito en cientos de miles  de alcohólicos. Esto no lo hicimos leyendo, sino también hablando con otros. Inicialmente, nuestra actividad se limitaba a escuchar. 

Usted también puede hacer lo mismo, gratis, sin tener que "unirse" a nada. 

Lo que nosotros hicimos fue simplemente asistir a las reuniones de 
Alcohólicos Anónimos. Hay más de 5.000.000 de reuniones por año,  en más de 114 países en todo el mundo. Y recuerde que no tiene que convertirse en miembro de A.A. para poder visitar algunas  de sus reuniones. Si lo que usted desea es simplemente ensayar a A.A., siéntase totalmente bienvenido a estas reuniones como observador y puede entrar a escuchar, sin necesidad de decir una palabra. No necesita dar su nombre, o puede dar un nombre ficticio si lo prefiere. A.A. comprende esto.  Nosotros no llevamos  
registros de los miembros o de los visitantes asistentes a las reuniones. Usted no tendrá que firmar, ni contestar ninguna pregunta. 

Siéntase en libertad para preguntar, si lo desea. Pero muchas personas prefieren simplemente escuchar en las primeras reuniones. 

Como casi todos los que han ido a una reunión de A.A., usted probablemente se sentirá sorprendido la primera vez. La gente que  
que usted ve a su alrededor tiene una apariencia normal, saludable, 
razonablemente feliz y exitosa. No tiene la apariencia estereotipada 
de las caricaturas pasadas de moda acerca de los borrachos, los fanáticos o los abstencionistas antialcohólicos.   

Lo que es más, generalmente usted podrá ver que nosotros somos un grupo amistoso, que nos reímos frecuentemente, en especial de nosotros mismos. Esta es la razón por la cual, si usted se encuentra todavía bajo los efectos de su última resaca, la reunión de A.A. le proporciona un ambiente agradable en el cual usted puede dejar pasar los efectos y empezar a sentirse mucho mejor.   

Puede estar seguro que cada uno de los miembros de A.A. que encuentra en ese salón entiende profundamente la forma en que usted se siente, porque recordamos vívidamente nuestras propias miserias de resaca, y la sensación que se tiene la primera vez que se ingresa a una reunión de A.A.   

Si usted es tímido, o tendiente a ser solitario, como muchos de nosotros, observará que los miembros de A.A. no tienen inconveniente en dejarlo solo si eso es lo que usted realmente desea para poderse sentir más cómodo.   

Sin embargo, la mayoría de nosotros hemos visto la conveniencia de quedarnos un rato más para conversar después de la reunión.  
Siéntase en libertad de participar en esta charla pos-reunión, durante todo el tiempo que lo desee.  


DIFERENTES CLASES DE REUNIONES DE A.A.

Para la elaboración de este folleto se pidieron ideas a muchos miembros de los Estados Unidos y el Canadá. Encabezando la lista se encuentra la sugerencia de que una de las formas más seguras para evitar la bebida consiste en asistir a diferentes tipos de reunión. "Es la forma en que aprendemos todas las ideas tomándolas de otra persona", según el concepto de uno de los miembros entrevistados.   

Si usted desea permanecer sobrio, la asistencia a cualquier reunión de A.A. es, por supuesto, mucho más segura que ir a un bar o una fiesta, o ¡permanecer en su casa en compañía de una botella!. 

Hay muchas más oportunidades de evitar el paludismo cuando usted se aleja de los pantanos infectados de mosquitos. Así  
mismo, las oportunidades para no beber se incrementan mucho más en una reunión de A.A. que en cualquier reunión social donde pueda  conseguirse licor.  

Adicionalmente, en las reuniones de A.A. existe una especie de tendencia hacia la recuperación. Así como la bebida es el objetivo de una reunión social, la sobriedad es la meta común que se busca en la reunión de A.A. Aquí, tal vez más que en cualquier otra parte, usted se encuentra rodeado por personas que comprenden la bebida, que aprecian su sobriedad, y que pueden decirle muchas maneras para incrementarla. Además, usted podrá ver muchos ejemplos de alcohólicos exitosamente recuperados, felices, y abstemios. Esto no es lo que se encuentra en las tabernas.   

A continuación describimos las formas más populares de reuniones de grupo en A.A., y algunos de los beneficios que se derivan asistiendo a ellas.   


REUNIONES DE PRINCIPIANTES (O DE RECIÉN LLEGADOS) 

Estas son generalmente más pequeñas en número que las otras clases de reuniones, y generalmente preceden a la reunión usual del grupo. A ellas pueden asistir todas las personas que crean tener un problema de bebida. En algunos lugares, estas reuniones se conforman por una serie de discusiones o charlas acerca del alcoholismo, la recuperación y A.A. En otros sitios, las reuniones  de principiantes son simplemente sesiones de preguntas y respuestas.  

Los miembros de A.A. que han utilizado estas reuniones enfatizan que son lugares excelentes para hacer preguntas, para adquirir nuevos amigos, y para empezar a sentirse cómodos en compañía de otros alcohólicos, que no están bebiendo.   


REUNIONES ABIERTAS

(Estas son reuniones a las que puede asistir cualquier persona, alcoholica o no). 

Estas tienden a ser un poco más organizadas, un poco más formales. Generalmente, dos o tres miembros (que anticipadamente se han ofrecido como voluntarios) van diciendo por turnos su experiencia con el alcoholismo, qué les sucedió, y cómo han logrado su recuperación.   

La charla de este tipo no tiene que seguir una orientación definida. 
Naturalmente, sólo un puñado de los miembros de A.A. son oradores entrenados. En la práctica, aun aquellos miembros cuya profesión incluye la oratoria profesional, evitan cuidadosamente hacer discursos en las reuniones de A.A. Por el contrario, tratan de contar sus propias historias en la forma más simple y sencilla posible. 

Lo que es inconfundible es la casi sorprendente sinceridad y honradez que usted escucha. Probablemente se sentirá sorprendido de verse a sí mismo riéndose, y diciéndose para sus adentros. "Sí, exactamente así me sucede a mí".   

Uno de los mayores beneficios en atender las reuniones abiertas consiste en la oportunidad de escuchar una gran variedad de historias personales sobre la trayectoria alcohólica. Oye describir los síntomas de la enfermedad en muchas formas diferentes, y esto le ayuda a decidir si usted padece esa enfermedad o no.   

Naturalmente, todas las experiencias de los miembros de A.A. son 
diferentes unas de otras. Es posible que en alguna oportunidad usted escuche a alguien recordar bebidas favoritas, formas de beber, o problemas derivados de la bebida que se parecen mucho a los de usted. Por otra parte, los incidentes dentro de esas historias pueden ser muy diferentes a los suyos. Escuchará también personas de diferentes trayectorias, ocupaciones, y creencias. Cada miembro habla únicamente por sí mismo, y sólo expresa su propia opinión. Nadie puede hablar en nombre de todos los A.A., y nadie tiene que estar de acuerdo con cualquier sentimiento o idea expresados por otro miembro de A.A. En nuestra comunidad se acoge favorablemente y se aprecia en alto grado la diversidad de opiniones.   

Pero si usted escucha cuidadosamente, probablemente reconocerá sentimientos que usted ha tenido, si es que no encuentra eventos conocidos. Reconocerá también las emociones del orador que pueden ser muy parecidas a las de usted, aunque la vida cuya historia está escuchando haya sido radicalmente diferente de la suya.  
  
En A.A., este reconocimiento se llama "identificación con el orador". Esto no significa que la edad, sexo, estilo de vida, conducta, placeres, o problemas del orador sean idénticos a los suyos. Pero sí quiere decir que usted oye hablar de temores, excitaciones, preocupaciones, y alegrías con las cuales usted puede identificarse, porque usted mismo recuerda haberlos sentido en algunas ocasiones.  

También podrá sorprenderse de que casi nunca escuchará de un orador en A.A. la autoconmiseración por haber sido privado del  
alcohol. La identificación con el pasado del orador no es tan importante como obtener una impresión de su vida actual.  

Generalmente el orador A.A. ha encontrado, o está logrando, algún nivel de tranquilidad, paz mental, soluciones a los problemas, deseo de vivir, y una especie de salud espiritual que a usted le agradaría tener. Si es así, continúe asistiendo. Estas cualidades son muy contagiosas en A.A.  

Por otra parte, los recuerdos que ocasionan esas narraciones de las miserias del alcoholismo activo pueden ayudarle a extinguir cualquier deseo impulsivo de tomar la bebida.  

En reuniones como esta, muchos miembros de A.A. han escuchado las sugerencias precisas sobre la recuperación que estaban buscando. Y casi todos los miembros salen de esas reuniones renovados y animados en su recuperación a tal punto de que, al menos por esa noche, no desean probar una bebida.   


REUNIONES CERRADAS DE DISCUSIÓN 

(Son solamente para alcohólicos, o para personas que están tratando  de definir si son alcohólicos o no). 

Algunos grupos tienen reuniones de discusión "abiertas", y por lo tanto cualquier persona puede asistir a ellas. Pero frecuentemente, tales reuniones se describen como "cerradas", es decir, para miembros actuales o potenciales, y por lo tanto aquellos que asisten pueden sentirse en libertad para discutir   
cualquier tópico que pueda causar problema, o interés, al bebedor alcohólico. Esas discusiones son enteramente confidenciales.  

Uno de los miembros que previamente se ha ofrecido como voluntario empieza la reunión narrando brevemente su propia historia de alcoholismo y recuperación. Se abre así la reunión para la discusión general  

Cualquiera de los presentes que tenga algún problema particular, sin que importe cuán penoso o embarazoso, puede ventilarlo en una reunión de discusión y escuchar las experiencias de los asistentes en el manejo de un problema igual o similar.  

Naturalmente, las experiencias acerca de la felicidad y alegría también se comparten. En estas discusiones se aprende que  
ningún alcohólico es único o solitario. 

Se ha dicho que estas reuniones son los talleres donde el alcohólico aprende a permanecer sobrio. Ciertamente, se puede escoger en ellas una gran cantidad de sugerencias para el mantenimiento de una abstención feliz.  


REUNIONES DE PASOS 

Muchos grupos de A.A. sostienen reuniones semanales en las cuales se toma uno de los Pasos del programa de recuperación de A.A. como tema básico para la discusión. Las Doce Tradiciones, Los Tres Legados de A.A., los refranes de A.A., y los tópicos  sugeridos en la revista Grapevine, también se utilizan para  este propósito en algunos grupos. Pero cuando se presenta una persona, con una urgente necesidad de ayuda para un problema personal inmediato e importante, puede discutirse como tema de la reunión el problema presentado.   

Conjuntamente con los libros "Alcohólicos Anónimos" y "Doce Pasos y Doce Tradiciones", las reuniones acerca de los Pasos proporcionan más fácilmente la mejor comprensión y entendimiento de los principios fundamentales de la recuperación 
en A.A. Estas reuniones suministran también una amplia variedad de interpretaciones y aplicaciones generales del programa básico de A.A., demostrando cómo lo podemos utilizar, no solo para vivir sobrios, sino para enriquecer nuestras vidas.    


CONVENCIONES Y CONFERENCIAS PROVINCIALES, REGIONALES, NACIONALES E INTERNACIONALES  

Con asistencia variable desde centenares hasta más de 20.000 personas, acompañadas generalmente por sus familias, estas reuniones voluminosas de A.A. consisten generalmente en programas de fin de semana y con diferentes tipos de sesión. El  
programa incluye usualmente reuniones de discusión sobre diversos tópicos, así como charlas por invitados expertos en alcoholismo, y también generalmente un banquete, o recreación especial, y se provee tiempo para otras actividades sociales, mucho más fáciles de gozar puesto que son exentas de alcohol. Ellas nos enseñan hasta qué punto podemos divertirnos estando abstemios.  

También nos proporcionan la oportunidad de conocer y aprender de muchos miembros de A.A. que viven en áreas diferentes. Para muchos miembros, estas ocasiones se han convertido en el programa favorito para las vacaciones o fines de semana, ya que  
son experiencias tan sumamente apreciadas en la recuperación. 
Proporcionan recuerdos inspirativos para los días rutinarios, y frecuentemente son ocasión para empezar amistades íntimas, de  
muy larga duración. 


¿TENEMOS QUÉ IR A ESAS REUNIONES POR EL RESTO DE NUESTRAS VIDAS?  


No. A menos que lo deseemos. 
Millares de nosotros gozamos de esas reuniones mucho más a medida que los años de sobriedad se van incrementando. Para nosotros se convierten en un placer, y no en una obligación.  


Todos nosotros tenemos que mantenernos comiendo, bañándonos, respirando, lavándonos los dientes, y haciendo miles de cosas similares. Millones de personas continúan año tras año trabajando, leyendo, asistiendo a espectáculos deportivos, frecuentando clubes sociales, y llevando a cabo trabajos religiosos. Por eso tampoco nos parece raro asistir continuamente a las reuniones de A.A., puesto que gozamos con ellas, nos beneficiamos de ellas, y mantenemos con ellas bien equilibrada nuestra vida.  

Pero la mayoría de nosotros asiste a esas reuniones con mayor frecuencia durante los primeros años de recuperación. En esa forma se establece un cimiento sólido para la recuperación a largo término.   

En la mayoría de los grupos tienen reuniones una o dos veces por semana (cuya duración es de una hora u hora y media). Se cree 
ampliamente en A.A. que el miembro nuevo puede aprovechar mejor nuestro programa si adquiere el hábito de asistir  
regularmente a las reuniones de un grupo por lo menos, y visitar también otros grupos de vez en cuando. Así no solo se obtiene una visión general de las diferentes ideas, sino que se ayuda a encuadrar el problema del bebedor dentro de un marco de  organización, que le ayuda a combatir el alcoholismo.  

Hemos visto que es muy importante, especialmente al principio, asistir puntualmente a las reuniones, sin prestar atención a las excusas que podamos tener para faltar a ellas.   

Necesitamos ser tan diligentes en la asistencia a las reuniones como lo fuimos con el alcohol cuando bebíamos. ¿Cuál de los bebedores problema permitió que la distancia, el clima, la enfermedad, el negocio, los invitados, o la bancarrota, o la hora del día o de la noche, o cualquier otra cosa lo alejara de la bebida que deseaba realmente? Así mismo no podemos permitir que haya algo que nos impida ir a las reuniones, especialmente si deseamos una real recuperación.   

También hemos visto que la asistencia a las reuniones no es algo que haya que hacer especialmente cuando sentimos la tentación de beber. Generalmente sacamos más provecho de las reuniones cuando asistimos a ellas sintiéndonos bien y sin haber tenido la tentación del alcohol. Y aun una reunión que no sea total e instantáneamente satisfactoria es mejor que ninguna reunión.   

A causa de la importancia de las reuniones, muchos de nosotros mantenemos una lista de los grupos y hora de reuniones de nuestra localidad, y nunca viajamos fuera de nuestro lugar de residencia sin habernos provisto de los directorios de A.A., que nos permiten encontrar las reuniones o los compañeros en cualquier parte del mundo.  

Cuando por causa de una enfermedad o catástrofe natural se nos hace imposible asistir a la reunión, hemos encontrado sustitutos para ellas. (Es muy sorprendente saber que ni siquiera los huracanes, los terremotos, o las tormentas de las regiones subárticas han impedido a los miembros de A.A. de esas regiones viajar cientos de kilómetros o más para asistir a reunión. 
Existiendo una reunión a su alcance, es muy natural para muchos A.A. utilizar el trineo, el camello, el helicóptero, el camión o la bicicleta, así como para nosotros es natural utilizar autos, o trenes subterráneos).  

Como sustituto de la reunión, cuando es imposible la asistencia, podemos llamar por teléfono, o por radio-teléfono a nuestros amigos o valiéndonos de algún material de lectura de A.A., utilizarlo como material mental.   

La Oficina de Servicios Generales de A.A. ha organizado servicios especiales para varios centenares de miembros solitarios de A.A., tales como miembros de las fuerzas armadas en comisión por diversas partes del mundo, así como para los "Internacionales"  
que son miembros marineros de buques mercantes, para ayudarles a mantener estrecho contacto con A.A. Estas personas reciben boletines y listas que les permiten comunicarse con otros miembros (por carta o por cinta magnetofónica) durante las épocas en que les es imposible ir a reuniones regulares de grupos. 

Pero muchos de aquellos miembros solitarios hacen mucho mejor cuando no encuentran un grupo en las cercanías de su lugar de trabajo o residencia: empieza un nuevo grupo. 



PROBLEMA DEL DINERO 


El alcoholismo es muy costoso. Aunque A.A. por sí mismo no tiene cuotas, ni tarifas, hemos pagado cuentas muy costosas a los almacenes de licor y tabernas antes de nuestro ingreso a A.A. Por eso, muchos de nosotros llegamos a este programa casi en bancarrota, si no totalmente en ella.    


Mientras más pronto podamos mantenernos a nosotros mismos,es mucho mejor, según lo ha demostrado nuestra experiencia. Los acreedores casi siempre se sienten contentos al ver que nosotros estamos haciendo un esfuerzo sincero y honrado para sanear nuestra situación financiera, aunque sea en módicas cuotas de pago,  
Sin embargo, adicionalmente a la comida, el vestido y el alojamiento, hemos visto que existe una clase particular de gasto, que es de mucho valor para nuestros primeros días de recuperación. Uno de nosotros nos ha dado permiso para imprimir aquí sus 

  
CONSEJOS PARA INVERSIONES RENTABLES 

En los primeros días de abstinencia, 
sin trago, con las hambres atrasadas, 
cuando apremian las deudas con urgencia 
y tenemos el suelo por almohada; 
cuando no hay soluciones decorosas 
para la bancarrota monetaria 
y no vemos por dónde van las cosas 
en nuestra situación deficitaria . . . 
que harán de convenirnos algún día: 
la moneda que paga la llamada 
necesaria al padrino que nos guía; 
el billete que echamos al sombrero; 
el tiquete del bus o del tranvía 
que nos lleva al lugar de reuniones; 
el café que tomamos con amigos 
que nos brindan amable compañía . . . 
Todas ellas son sabias inversiones 
que darán rendimientos positivos 
de sobriedad, cariños, ilusiones, 
felicidad, ¡trabajo y alegría!


GRUPO PARTE VIEJA DONOSTIA - SAN SEBASTIAN